lunes, 14 de diciembre de 2015

A García Lorca le ha encantado La Novia, de Paula Ortiz.

En relación al cine, la noticia es hoy, sin duda, las doce nominaciones de la película La Novia (Paula Ortiz, 2015) para los premios Goya: parte como favorita.




Una en su blog, tiene la libertad de escribir lo que quiera, pues es un espacio atemporal, y utilizar la primera o segunda persona a su libre albedrío. Sin cánones ni directrices establecidas. Sin limitaciones editoriales.
Incluso enviar cartas a aquellos a quien conoce o admira, o a sus amigos. Hoy quiero felicitar a Paula Ortiz (Zaragoza, 1979)  por su película La Novia.


Y a Luisa Gavasa (Zaragoza, 1951) por su interpretación tan maravillosa, que desde luego se merece el Goya, sin duda alguna. Y a García Lorca por Bodas de Sangre. Y a Leonard Cohen por The last walz. ¿Qué no entendéis la mixtura? Pues leed el post. Pero sobre todo, id al cine a ver la película. Cine con mayúscula. Lo digan o no las nominaciones.

13 de diciembre de 2015 /Aurora Pinto

“Salí anoche del cine con la poesía brillando en mis retinas y cientos de cristales clavados en mi garganta, tantos que no tenía voz. Estuve un rato callada, tragando saliva. Mi pensamiento no podía articular palabras porque se habían transformado en imágenes. Pura poesía visual. Y Lorca estaba allí, a mi lado, diciéndome “por lo bajini” que le había encantado la película. Que esta versión de Bodas de Sangre (Lorca, 1933) adquiere toda la esencia de su poema. 

Allí estaba la Luna, anunciando que: “El aire va llegando duro, con doble filo”; La novia lamentando “¡Qué vidrios se me clavan en la lengua!”; el novio amándola: “Te voy a abrazar cuarenta años seguidos”; Leonardo deseándola: “Que yo no tengo la culpa, que la culpa es de la tierra y de ese olor que te sale de los pechos y las trenzas”, y la madre del novio que dice que llorará cuando esté sola porque sus lágrimas no salen de los ojos sino “de las plantas de los pies, de mis raíces, y serán más ardientes que la sangre”.

Las palabras que Federico García Lorca (Fuentevaqueros, 1898- Víznar, 1936)  escribió en verso y prosa están en los diálogos de los personajes, magníficamente interpretados por Inma Cuesta (Valencia, 1980), Alex García (San Cristobal de la Laguna, 1981) y Asier Etxeandia (Bilbao, 1975) en ese trío de amor, pasión y muerte; o Luisa Gavasa, como madre del novio, toda vestida de negro, toda contención y a la vez exhalación de dolor y rabia, o Carlos Álvarez-Novoa (La Felguera, 1945- Sevilla, 2015), que lamentablemente no llegó a ver la película finalizada, o Leticia Dolera , María Alfonsa Rosso, Manuela Vellés o Ana Fernández como secundarios de la tragedia lorquiana.  

Pero también las imágenes proyectan la esencia del quiebro, del dolor o de la pasión irracional que surgen del alma. ¿Cómo puede ser eso, si se trata de conceptos etéreos, sin materia física que les sostenga? Porque la poesía es además una experiencia sensorial, la de Lorca en palabras, la de La Novia de Paula Ortiz en imágenes.

Hay que ser valiente y arriesgada para tomar un texto de Lorca y adaptarlo a un guion cinematográfico. Esta directora zaragozana lo hizo.  Conozco además a muchos de los que han participado en el proyecto y sé que ha sido un proceso de producción largo y duro, incluido un rodaje en condiciones poco agradables. Pero el resultado final ha valido la pena, Paula, puedes estar segura de ello.

Desde mi ventana, que no es la tuya, quiero publicar estas palabras, para que como un hilo de agradecimiento te lleguen entre cientos de ovillos de colores. Pues mucho se ha escrito (y se escribirá) sobre La Novia. En su presentación en la sección Zabaltegi del Festival de San Sebastian, en las candidaturas a los Goya, o en su estreno el pasado viernes 11 de diciembre, decenas de críticas, reseñas, reflexiones, opiniones en facebook…  Cuando te entrevisté hace tres años  me dijiste que las críticas no te afectaban, ni siquiera las buenas. Yo te interpelé diciéndote que no me lo creía.

-    Lo que verdaderamente importa es cuando vas al cine y ves que hay gente a la que le llega la película, sobre todo cuando ves que el público sale emocionado… eso es muy bonito.

Pues en este caso, lo has vuelto a conseguir, Paula.

También le pregunté por los premios, por lo que significaban. Le pregunté si soñaba con un Oscar y me dijo que no. Entonces acababa de llegar de la gala de los Goya, en la que estuvo nominada a mejor dirección novel por De tu ventana a la mía.

-   Pues los premios, de verdad, de verdad... Lo pasé muy mal en los Goya, por la exposición, me da pudor. Pero por otro lado es un empujón muy grande para la película y para todos los que la han hecho.

En este caso, creo que ya puedes ir preparándote, Paula, porque vas a tener que ir de nuevo, y casi seguro que subirás al escenario a recoger algún premio.
En esa entrevista que tan generosamente me concediste, aún sabiendo que no se iba a publicar en ningún medio, te pregunté porqué había tan pocas mujeres directoras de cine y reconociste que "hay muchas mujeres muy bien preparadas pero sigue siendo un mundo masculino". Hablando de géneros, también me confesaste lo del reloj biológico que las mujeres tienen en marcha cuando pasan de los 33 años y todavía no tienen hijos. “Tic-tac, tic-tac”, me dijiste sonriendo.

Paula vivió en Nueva York, donde me reconoció que fue “muy estimulada intelectualmente”.

-    En Nueva York no aprendí ninguna técnica de realización que no hubiera podido aprender aquí, pero los profesores cambiaron  mi actitud a la hora de trabajar en el cine. Allí ni sobrevaloran ni infravaloran, se lo toman como un trabajo  y son muy constructivos.

Veamos otras congruencias constructivas. De Poeta en Nueva York, escrita por Lorca cuando estuvo allí  nueve meses entre 1929 y 1930, uno de sus poemas, Pequeño Walz Vienés, fue versionado por Leonard Cohen (Westmount, Canadá, 1934) (que también confesó haber quedado impregnado de poesía al leer a Lorca cuando tenía quince años), y a él se refiere en los márgenes que marcan  la dignidad y la belleza. Take this walz sería Lorca musical, como La Novia es Lorca en cine.


En esa entrevista comenzamos hablando de cine y, sin casi darnos cuenta, también hablamos de poesía, le pregunté como una filóloga sentía esa pasión por el cine…

-    La filología y el cine están muy cerca. Yo estudié filología porque me gustaba mucho la literatura, me gusta mucho leer y la parte narrativa de como se cuentan las historias. Me interesa el cine desde el lado narrativo pues la base primera es contar historias, con otro lenguaje, con otros códigos y en otro arte, pero es lo mismo.  Porque en el cine hay una gramática y una lingüística, para sacar toda la expresión narrativa posible a una escena.

En La Novia esos códigos y ese lenguaje a los que hacía referencia exprimen toda esa expresión narrativa.  Por añadir alguna crítica a la película, apelaría al tempo lento, quizás en algunos momentos excesivo, tal vez en los primeros planos, o en el abuso de la reiteración en la metáfora. Pero, igual que en este blog, el autor de una obra puede tomarse aquellas licencias que considere.

Luego le pregunté si escribía poesía y me dijo que no, pero que leer poemas le devuelve tranquilidad y paz.  

Parafraseando, con atrevimiento, a Lorca, te diría Paula: Que yo no tengo la culpa de que me gusten tus películas. La culpa es de la poesía y de tu empeño por esa belleza visual que traspasa la pantalla del cine y llega al alma del espectador. Y aportan también tranquilidad y paz".


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